La vida loca....
Este es mi post número 69. Interesante el numerito para escribir algo picante, pero no estoy de humor para eso. El día de ayer fui a una presentación privada de la película LA VIDA LOCA de Christian Poveda. Yo ya había visto el corto que ha circulado por Internet, que se puede ver aquí, y por eso iba, digamos, algo preparada para ver escenas fuertes, impactantes para quienes no estamos tan cerca de este rollo de las pandillas, pero aún así, fueron dos horas con el estómago apretado e intentando contener lágrimas.
En realidad cuando digo que no estamos cerca, es relativo. Porque solo significa que no vivimos en la misma colonia o barrio, pero en un país tan pequeño como este, podría parecer una negación o exageración decir que no se está cerca de las pandillas. En fin, lo que trato de decir, es que no nos codeamos con ellos todos los días pues, sino que los vemos solo en las noticias, eso si, día con día.
El documental se desarrolla en la colonia La Campanera en Soyapango, y presenta la vida de algunos pandilleros en el transcurso de los 16 meses que duró la filmación. Se centró en el establecimiento de una panadería que fue impulsada por una organización que promueve la rehabilitación de los pandilleros y además por los Hommis Unidos que por lo que entendí, también busca el mismo fin pero sin perder el espíritu pandilleril.
Se han filmado numerosos documentales sobre las pandillas en la región, pero yo siento que el verdadero valor agregado de LA VIDA LOCA es que no busca destacar la vida delictiva de las pandillas, sino exponer su vida privada, cotidiana, su forma de pensar, sobretodo al interior de sus hogares.
Es así que aparecen personajes clave utilizando sus apodos, a quienes uno puede darles seguimiento sobre algunos aspectos de su vida, como una pandillera que está buscando sus orígenes y logra encontrar a su madrastra y luego a su madre biológica. En algunos de estos casos particulares, incluso se mira hasta su muerte, entierro y como viven ellos la pérdida de uno de sus miembros que es tan frecuente como su recurrente persecución por parte de la policía y sus constantes visitas a prisión.
Por otro lado, y de una forma bastante suavizada se logró plasmar con bastante éxito la excesiva represión que tienen que soportar solo por tener un tatuaje y tener algún antecedente. En ningún momento se quiso minimizar sus hechos delictivos para que dijéramos pobrecitos los nenes, no tienen la culpa, son incomprendidos, pero si se dejó claro que en algunos casos, la "mano dura" es excesiva y contraproducente.
Cuando terminó la proyección, Christian Poveda se paró de su silla y dijo que si teníamos alguna pregunta, que él estaba ahí para respondernos. Durante los cinco o seis minutos siguientes hubo un silencio pesado. Todos estábamos intentando digerir la cantidad de información que nos habían lanzado a quemarropa. Luego un valiente levantó la mano, se aclaró la voz e hizo la primera de muchas preguntas que vinieron luego de romper el hielo.
Una de ellas fue que según él, cual había sido la reacción de los pandilleros al ver la película. Si les había gustado. Entonces para mi sorpresa, y quizás para la de algunos más que estábamos ahí, él dijo que porqué no les preguntábamos a ellos mismos, porque estaban con nosotros. Entonces volví a ver hacia atrás y en efecto, habían alrededor de 8 de las personas que acababa de ver en la película. Ellos contaron su experiencia y dijeron que sí les había gustado, pero que obviamente les dolía porque aparecían algunos de sus compañeros que ya estaban muertos.
Aunque la película tiene fines comerciales, Christian explicó que en este país no puede ser presentada así como cualquier otra, debido a que es bastante fuerte para quienes han vivido personalmente alguna que otra repercusión del fenómeno de las maras y que por lo tanto se está hablando con algunas organizaciones para ver de presentarla de forma acompañada.
Entre las conclusiones a las que se llegó a través de las preguntas y respuestas que salieron es que ojalá y tenga más difusión y ojalá sirva para generar debate, apoyo y sobretodo algún mecanismo de prevención, o mejor aún, algún "acuerdo de paz" entre esta nueva guerra que poco a poco toma más fuerza en este paisito.
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Álvaro.